El quinto caballero de bronce –y el que menos aparece en la serie, aunque no por ello goce de menor relevancia– es Ikki de Fénix. Su nombre significa “brillo singular”. Es el hermano mayor de Shun, Caballero de Andrómeda, y el más poderoso de los caballeros de bronce.
Su enorme poder y su gran determinación se deben al cruel entrenamiento al que fue sometido en la Isla de la Reina Muerte.
Ikki es solitario por naturaleza, de personalidad arrogante y propenso a la violencia, aunque siempre está dispuesto a proteger a su hermano y a luchar por la justicia. Llega incluso a las lágrimas al ver sufrir a otros; esto demuestra que su fiereza y frialdad no son más que una “coraza” para los sentimientos profundos que alberga su corazón... Su dureza e inflexibilidad las adquiere en el campo de batalla con el único objetivo de vencer a sus enemigos y esconder su corazón esencialmente amable y generoso.
La valentía es una cualidad que se desarrolla en Ikki desde pequeño. El mejor ejemplo es cuando en la Fundación Kido, siendo niños, se determina que Shun viaje a la “Isla de la Reina Muerte” para recibir entrenamiento. Esta isla tiene fama de ser un lugar verdaderamente terrible, ya que se asegura que ningún hombre puede regresar con vida ni escaparse cuerdo de allí... Temiendo que Shun no sobreviva a semejante suplicio, el valeroso Fénix decide ocupar su lugar. Desde niños se perfila esta relación de hermanos en la que el primogénito Ikki “sobreprotege” o “salva” más de una vez al benjamín Shun.
Ikki pertenece al signo de Leo pero se encuentra muy identificado con la constelación del Fénix. De esta manera, tanto su armadura como él tienen la capacidad de regenerarse y volver a la vida cuantas veces sea necesario.
El fénix era un ave mitológica que, cuando llegaba el final de su vida, se consumía en el fuego dejando sólo cenizas. Sin embargo, de estas cenizas siempre renacía con renovado poder.
Al principio de la saga, Ikki lucha en contra de su hermano y de los demás caballeros de bronce. Estaba susceptible y albergaba demasiado rencor contra la vida debido al duro entrenamiento y al dolor provocado por la muerte de su amada Esmeralda...
A estas circunstancias hay que sumar la presencia de su cruel maestro, que le había inculcado que la única forma de alcanzar el verdadero poder era a través del odio. Estas enseñanzas hicieron que Ikki luchara por liberarse de todo sentimiento de piedad y humanismo.
Sin embargo, el reencuentro con su hermano
Shun despertó su bondad; desde entonces luchó por defender a los caballeros de bronce y a la diosa Atenea. Cuando vuelve a la vida,
Ikki nunca más se alejará del camino de la justicia. Sin embargo, jamás intervendrá en una batalla de manera apresurada. El Fénix preferirá aguardar el momento oportuno para actuar.
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